El juego de la vida

silencio del envidioso está lleno de ruidos

sábado, 19 de junio de 2010

Análisis del Dr. Frank Espino ¡Bajemos las cifras!


Definitivamente al leer, escuchar y ver las noticias a diario tanto en la prensa escrita, radial televisada o por la web, nos deja un sabor amargo. Un dejo de frustración, cuando vemos todo lo concerniente a los malestares que nos aquejan.

Nosotros los dominicanos estamos sirviendo de modelo a nivel mundial de todas esas cifras que nos colocan en un país que por lo visto ¡nada está hecho!

Si observamos las cifras de salud, nos damos cuenta que seguimos con la mortalidad infantil y materna extremadamente alta con relación a otros países de la región de y la misma naturaleza económica. Nuestros hospitales estatales son número cada vez mayor de deficiencias. Los accidentes automovilísticos son cada vez más altos, por imprudencias, malas condiciones de los vehículos y las calles, avenidas y carreteras. Si hablamos en embarazos en adolescentes también las cifras son abismales. Donde se reporta dependiendo la concentración de población de hasta un 30 por ciento.

También no podemos cerrar los ojos cuando se habla de educación, ya que ocupamos lugares nada envidiables. Pues el esfuerzo que se ha hecho hasta ahora, nos muestra a nuestros estudiantes con las cifras más bajas en rendimiento académico, en todos los estándares desde la básica, hasta la universitaria.

Nuestro índice de analfabetismo es alto. No es posible escuchar en pleno siglo XXI, el siglo de las grandes comunicaciones, que ocupamos tan alto nivel en una población joven que será herencia de sus conocimientos.

También estamos ocupando puntales en tráfico de personas, donde EE UU nos vigila continuamente, y nos da la peor calificación.

¡En la “exportación” de la prostitución, también estamos en cifras alarmantes!

Somos conocidos como puente importante para el narcotráfico según los ejemplos que vemos a diario.

Todavía tenemos cientos de familias donde no les llega el agua, donde no se dispone de eliminación adecuada de las excretas. Y ni hablar de electrificación.

Somos conocidos en la región del Caribe y ejemplo y en toda América, del desorden de la electricidad, donde no hay una política organizada que pueda llevar electricidad estable y a precios justos.

¡Las estadísticas nos dan un alto grado en aumento de la criminalidad!, comparable con países de la región de mayor número de habitantes que nosotros.

Todas estas cifras hacen que nuestro hermoso país, siga sin que a las autoridades no les importara y que nos muestre ante el mundo como el hazme reír de las Américas.

El autor es médico.

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